Hace apenas unos días ha muerto Ray Bradbury, y esa irreparable pérdida va a convertirse, de manera casi premonitoria, en el último volumen de la biblioteca de babel de este curso. El maestro de la ciencia-ficción, casi ficción él mismo, nos ha dejado a los 91 años, pero sobrevivirá gracias a libros tan inmortales como Crónicas Marcianas, el Hombre Ilustrado, Cementerio para lunáticos, o la novela que hemos elegido para poner broche final a esta temporada: Farenheit 451.
La más hermosa declaración de amor a los libros, y a la vez la más
apocalíptica visión de cómo sería el mundo sin ellos, se dan a la vez en
esta extraordinaria novela de Ray Bradbury,
el genio indiscutible de la novela de ciencia-ficción. Publicada a mediados de los cincuenta del
pasado siglo, cuando el "american way of life" empezaba a imponerse en
el mundo, Farenheit 451 es la
temperatura a la que arde el papel y una descarnada y terrible
radiografía de cómo los libros, tristes paralelepípedos de papel en un
mundo cada vez más tecnificado y "virtual" son, en el fondo, el enemigo
más poderoso en las sociedades totalitarias. Allá donde se pretenda
dominar y controlar fácilmente al individuo, quita los libros de su
alcance. Algo que debiera hacernos reflexionar hoy casi sesenta años
después de la publicacion del libro.
El libro de Bradbury en realidad
es un espléndido libro de aventuras, con sus comandos de asesinos, con
sus arrepentidos, traidores e infiltrados, y también, cómo no, con un
memorable grupo de la "resistencia" que protege los libros de una forma
muy particular.
Farenheit 451
disfrutó también en los sesenta de una extraordinaria adaptación
cinematográfica, a cargo del director favorito del guardián de esta
Torre: François Truffaut, y en la que brillaba al más puro estilo "beat" Julie Christie.
Así
que aquí queda el último mensual del curso, con la esperanza de que
todos los que lo leais, reforzéis aún más, si cabe, vuestro amor a los
libros.