Revista cultural de la Biblioteca del IES Arjé



viernes, 21 de diciembre de 2012

Veinte mil leguas de viaje submarino, de Julio Verne

Estamos de enhorabuena, torreadictos del mundo, porque acaba de llegar a las librerías esta impresionante edición de la más fascinante aventura submarina que jamás nació de magín humano, con impresionantes ilustraciones y traducción refrescada. Con motivo de este feliz acontecimiento vamos a dedicar unas palabras a este libro prodigioso, con el que vamos a cerrar este tumultuoso 2012.
Como otras muchas grandes obras de la historia de la literatura, Veinte mil leguas... es, en realidad, un serial, publicado por capítulos en la prensa francesa a lo largo de ¡1869! y sólo editado en volúmen posteriormente. No creo que sea necesario insistir en la ya conocida virtud premonitoria del autor francés (ni submarinos, ni escafandras de buceo, ni botellines de oxígeno, ni fusiles acuáticos... existían en 1869), pero sí en los complicados intríngulis de la personalidad del Capitán Nemo, uno de los malos más fascinantes que haya producido la letra escrita (los malos suelen ser, en literatura, más interesantes siempre que los buenos). En realidad, este viejo lobo de mar, experimentado científico, investigador, coleccionista y bibliófilo, es un espíritu anarquista, hastiado de esta sociedad materialista, grosera, sin ambiciones y sin respeto al talento ni al diferente; una sociedad  sin corazón y sin arte a la que decide destruir, francamente, por hacerle un favor: por ahorrarnos un poco de degradación a todos. A bordo del legendario submarino-mansión-laboratorio-biblioteca "Nautilus", el capitán Nemo no cejará en su empeño destructor (¡eso sí que era un fin del mundo!) a la vez que divulgador de la "idea".  La denodada lucha del profesor Arnnaux, a ratos seducido por la magnética personalidad de Nemo, y del intrépido ballenero Ned Land por impedir ese programado fin del mundo, inunda de páginas memorables este libro que ha poblado de tantos paisajes sub-acuáticos y minutos gloriosos los espíritus adolescentes desde hace 150 años. Convencido además Julio Verne de que el capitán Nemo era la mayor de sus creaciones, prolongó su existencia en otras dos novelas: Los hijos del capitán Grant y La Isla Misteriosa, que ramifican y profundizan aún más en la personalidad de este malvado legendario. Y el resultado es una trilogía compacta y maravillosa. Una gozada, oiga. Sólo por otear siquiera un instante en la biblioteca del capitán Nemo, en su pequeño retiro ascético de "aqueste mundo malvado", ya merecería la pena. La edición que ahora nos brinda Nórdica hace aún más apetecible este manjar, que hizo levantarse muchas veces de la silla al Guardián de la Torre cuando ostentaba una edad menos provecta. Si lo lees además acompañado de música de Beethoven volverás a creer de nuevo en el mundo. Así que ya sabéis. De nada

No hay comentarios:

Publicar un comentario