Revista cultural de la Biblioteca del IES Arjé



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miércoles, 15 de octubre de 2014

Silvera en el Arjé



Como lo prometido es deuda dejamos aquí a los más ávidos merodeadores de la Torre y también a los visitantes ocasionales de sus mazmorras, la entrevista que hicieron al narrador onubense Francisco Silvera nuestras ex-compañeras de 2º de Bachillerato  Claudia Fernández y Lidia Hita (hoy inocentes descubridoras de los ignotos territorios universitarios). El escritor visitó nuestro IES el pasado 7 de Mayo generando estupor y entusiasmo a partes iguales entre los bachilleres de la comunidad arjeica. La entrevista apareció originalmente en el número 3 de Arjé Magazine, la hipercalifragilística revista del Instituto, que sale cada mes de Junio.
 
Francisco Silvera (Huelva, 1969), licenciado en Filosofía y gran amante de la música popular y clásica, combina con  habilidad de prestidigitador sus dotes de promotor musical y crítico literario. Fue director del Festival Internacional de Música de Ayamonte y actualmente es asesor en cuestiones musicales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, pero también organiza los actos de conmemoracióndel Cincuentenario de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Juan Ramón Jiménez,  autor  sobre el que ha publicado tres ensayos: Copérnico y JRJ: crisis de un paradigma (2008), El materialismo en Juan Ramón Jiménez (2010) y JRJ en el Archivo histórico Nacional: Monumento de amor, ornato y ellos (2012),  además de co-dirigir la edición de Obras Completas del poeta de Moguer que prepara la editorial Visor en 48 volúmenes. Es autor de los libros de relatos Las apoteosis (2000), Libro de las taxidermias (2002) y Libro de los humores (2005), además de las novelas Libro del ensoñamiento (2007) y Álbum Blanco (2011). Su último libro, aún caliente, es Tenebrario: libro de las lamentaciones, un conjunto de poemas en prosa publicado a finales de 2013. 


Como escritor será a su vez un apasionado de la Literatura ¿por qué decidió estudiar filosofía?

En mi caso fue al revés. Provengo de una familia profundamente iletrada, pero me pusieron a estudiar con curas y gente-bien, los contrastes me despertaron muchas ideas y al llegar a la asignatura de Filosofía vi que antes otras gentes habían intentado dilucidar lo mismo... Vi clara mi vocación, quería leer esos libros y explicarlos en clase a gente joven... Pero yo quería capturar en los textos la realidad y la novela o el cuento me parecían conservar mejor lo que el mundo era. Yo hago Literatura porque me parece la verdadera Filosofía. Hay más pensamiento en un buen cuento, poema o novela que en muchos ensayos pretenciosos y llenos de citas culturalistas que, a veces, son un insulto o una pedantería para quien no las conoce. El lenguaje de la Filosofía casi siempre me parece artificioso, un poco falso. La novela siempre se deja.

¿Qué puntos en común y qué diferencias destaca entre un texto filosófico y una narración?

Creo que la Filosofía... prefiero hablar de Ensayo, el Ensayo me gusta si no es didáctico, si es el flujo de la conciencia, o sea, que no necesite apoyarse en un aparataje teórico, que me muestre un pensamiento cultivado pero no me obligue a leer otras cosas para poder descifrar lo que me dice... desconfío de esos autores tan preparados, tan cultos, ésos que siempre parecen haber leído todo y después no dejan estela y mueren con la moda... La vida es mi referencia, el libro por sí sólo es la negación de la Naturaleza, la muerte de la emoción, no lo quiero... a no ser que me ayude a vivir más intensamente. Ahí es donde coinciden Ensayo y Narración, en la habilidad para recrear la Belleza del mundo. En el fondo es una manera de prolongar el placer de un atardecer, una amistad, una experiencia a partir de palabras... una especie de Arte Alquímico que convierte en real lo que toca. Sólo unos cuantos elegidos lo consiguen.

¿Desde joven ha tenido ese gran interés y afición por la música y de dónde le viene?

Desde que tengo consciencia de mi vida me gustó la música. No lo sé. Parece que unos tests que me hicieron dieron un resultado anómalo en "memoria auditiva", disfruto con los sonidos como otros pueden hacerlo con los colores: me emocionan. Poco a poco salí del flamenco y la morralla televisiva, contexto natural de mi ambiente, y comencé a oír Rock, y de ahí al Jazz y la Música Clásica. La Clásica me apasiona porque es una compleja elaboración intelectual con Historia detrás, uno comienza a entenderla después de mucho tiempo; es música culta, requiere que el compositor sea consciente de su posición en la Historia; la popular, el Rock, me apasiona porque es inmediato (aunque sea muy elaborado) y emociona

¿Ha tenido alguna profesión relacionada con el género musical?

Sí. Fui Director de un Festival de Música Clásica dos años, hasta que me echaron sin avisar. He sido asesor de música de la Consejería de Cultura de la JJAA. Y el año pasado, en la UIMP en Valencia di, excepcionalmente y sin mucho público, un pequeño concierto de guitarra eléctrica tras una conferencia sobre Rock y Arte. Escribo en la revista MásJazz.

¿Qué le inspiró a crear un blog para mostrar sus piezas musicales? ¿Le ha dedicado mucho tiempo?

No lo que me gustaría. Pregunta interesante. Soy consciente de que soy un músico malo, no profesional. Pero Internet permite, sin compromisos ni inversiones económicas, mantener una actividad de músico "amateur", aficionado, y así me quito la frustración vocacional de no haber sido músico, que es lo que querría de verdad. Es sólo para entretener a un "viajero" aburrido o a una "navegante" relajada.
 
 

Dentro del género narrativo ¿qué opinión le merecen los microrrelatos?

No creo en ellos, me falta fe. Me explico. Yo creo que la prosa viene determinada por la intención del autor. Plantearse hacer microrrelatos es como querer hacer películas de Stanley Kubrick, ya las hizo él. Cada escritor debe inventar todo de nuevo (partiendo de todo lo que se puede estudiar). En mi caso, la prosa corta se me da bien porque no necesito más. Mis libros no son voluminosos. No me salen. Pero no tengo una voluntad de escribir "corto". No creo en los géneros, aunque sirven para clasificar, sin duda.

¿En qué se inspira para escribir? ¿cuál fue su primera obra?

Lo primero un poco más elaborado que hice fue una imitación de James Joyce que era una mierda. Un profesor me lo dijo. Después empecé a hacer relatos  supongo que también malos. Recuerdo otra especie de novela experimental, no sé si conocéis a Samuel Beckett... La cosa es que yo empecé a leer al revés, primero lo difícil y por eso empecé a escribir muy raro, pseudovanguardista". Seguí escribiendo a ráfagas y en torno a los 30 años, tras la coincidencia de algunas amistades, decidí preparar un libro que se publicó: Las apoteosis o el Acabóse de las almas anónimas, y gustó a mucha gente (conocida mía, nada más). Agradezco haber empezado tan tarde porque, como no soy un genio, así pude construir lentamente un estilo personal... Me inspiran la música, el paisaje y las personas, casi nunca tengo elaborado nada de antemano, veo algo y me viene la idea; una música oportuna o un color de cielo me pueden dar el contexto para arrancar. No soy un novelista por eso. Trabajo en corto y con la emoción, con mucha elaboración, en realidad quiero pensar que como un poeta...

¿Qué características principales presentan sus microrrelatos y qué trata de transmitir a los lectores con ellos?

Eso que he llamado un estilo personal... Dicen que soy difícil, yo creo que exijo del lector participación, pero es que me parece que si no es así no hay Literatura de verdad. Yo no creo que leamos textos: ¡nos leemos a nosotros mismos en los textos! Por eso hay quien se aburre con los libros, porque no tiene nada que encontrar; pero quien indaga y se pregunta por las cosas, poco a poco va encontrando lo que otros han respondido a esas preguntas, las va cambiando y empieza un proceso de enriquecimiento sin el que ya no se puede vivir, el veneno de la Cultura. Es un error querer hacer ver a una alumna lo bueno que es el disco Kid A de Radiohead, hay que estimularla para que encuentre interesante empezar a oírlo y descubrir cosas por ella misma. No hay maestros, hay gente ejemplar que nos empuja con su ejemplo a salir de la tradición heredada; lo popular se hereda, lo culto se elige o se construye. Lo que yo quiero hacer con mi letras es emocionar hasta que el lector reviva lo narrado y eso le como experiencia de su vida... no se consigue como uno quisiera. Yo he disfrutado mucho leyendo, es agradecimiento, devolver parte de lo que me he quedado.

¿Cuál es su mayor satisfacción como escritor?

Hace poco unas muchachas en un pueblo de Huelva se me echaron a llorar y no me dejaban irme del acto, me querían preguntar cosas... Reconozco que me siento muy a gusto entre jóvenes porque adoro esa inexperiencia que nos hace imprudentes y  vitales. El viejo medita egoístamente y se engaña como si fuera a vivir para siempre. Es curioso que el joven, en teoría con más tiempo por delante, apura el vaso de la vida como si le faltara; el viejo se afana en nada, porque la muerte te barre completamente. A veces he encontrado por Internet buenas críticas o comentarios privados de algún libro mío por azar... me encanta. Hay algo de enfermo en el literato, buscamos cariño, y la admiración por un texto es un buen sustituto. Sólo aspiro a poder publicar lo que quiero. Lo demás me llega a angustiar. Publicar y saber que alguien me lee, suficiente.

 

 

 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Antonio Carvajal, Premio Nacional de poesía 2012

Iniciamos esta nueva sección de la revista cultural del Instituto con la entrevista que nuestra compañera Melina Aylén Silvane (2º Bachillerato de Humanidades) le hizo el curso pasado al flamante ganador del Premio Nacional de Poesía 2012, el poeta granadino Antonio Carvajal. Qué mejor como debut para esta sección de entrevistas a figuras literarias de relieve que traer hasta los lectores de esta Torre las palabras de uno de los más importantes poetas españoles contemporáneos, "il miglior fabbro" en palabras de la crítica, el autor de libros tan fundamentales como Tigres en el jardín (1968), Casi una fantasía (1975) De un capricho celeste (1988), Testimonio de invierno (1990) o Un girasol flotante (2012), por la que se le concedió el galardón. Por mediación de la Biblioteca del centro, el autor ya visitó el IES Arjé el pasado curso y es posible que también nos honre con su presencia este año.
La entrevista de Melina (ocho preguntas con miga) fue publicada originalmente en el Nº 2 de Arjé Magazine (Junio de 2013).





1. Cuando fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía, usted dijo que llegaba justo en el momento en el que se planteaba "callarse" para evitar escribir "poesía
de viejo". ¿Qué es para usted dicha poesía?
Desgraciadamente, con la edad se pierden facultades y ha habido poetas maravillosos que, en sus años finales, han producido una poesía hueca, carente de tensión y de calidad, porque su mundo poético se había agotado y ya nada tenían que decir. Para decir tonterías, mejor callarse.

2. Muchas personas siguen una carrera o un camino que les ha inspirado algún adulto cercano a él en su juventud (un profesor, un pariente, un conocido..) ¿Tuvo a alguien así que le llevase por el camino de la poesía?
Sí, hubo un profesor que me aficionó a la métrica, compañeros que me fueron aficionando a la poesía, luego el feliz encuentro con Carlos Villarreal, que puso a mi disposición sus conocimientos y su biblioteca. De ahí hasta tener un poema dedicado por mi amigo Vicente Aleixandre, todo lo bueno de mi vida se lo debo a la amistad.
3. ¿A qué edad escribió su primera poesía y sobre qué trataba? ¿Qué le inspiró?
Antes he distinguido entre métrica y poesía. Hacer versos está al alcance de cualquiera; ser poeta, no. Empecé a jugar con los versos hasta que un día de marzo de 1961, iba a cumplir 18 años, escribí algo que me sonó coherente y con unas ideas bien conjuntadas y algo de emoción; era un poema sobre la felicidad humana, que nunca parece plena, y me basaba en la historia de Moisés. Sólo recuerdo el verso final, “nunca entraré en la tierra prometida”.

4. ¿Cuáles han sido los poesías que más le han influenciado?
Excelente pregunta, porque influyen más algunos poemas que los autores en general. Le cimetière marin (El cementerio marino) de Paul Valéry, “Generalife” de Juan Ramón Jiménez, “Lo fatal” de Rubén Darío, la Bucólicas de Virgilio traducidas por Fray Luis de León, la “Epístola a Boscán” de Garcilaso, el soneto de Gelasia en La Galatea de Cervantes… Son muchos; Curiosamente, esa supuesta influencia barroca que dicen que tengo no la puedo concretar en ningún poema de Góngora o de otros autores de la época, aunque admiro profundamente la “Fábula de Polifemo y Galatea”y las “Soledades”. Todo lo contrario me pasa con Federico García Lorca, del que me cuesta elegir un poema concreto (citaré la serie “Eros con bastón” de “Canciones” y la “Oda al Santísimo Sacramento”) y Vicente Aleixandre, del que destaco “Canción a una muchacha muerta” y “Quien baila se consuma”. Como no es cuestión de hacer un resumen de la historia de la literatura, terminaré con “En la muerte de R. Jameson” de José Antonio Muñoz Rojas y “Aparición” de Elena Martín Vivaldi.
5. ¿Opina que su mejor poemario es con el que ha conseguido el Premio Nacional, o escogería otro? ¿Por qué?
Yo no he conseguido el Premio Nacional; me lo han dado, que es otra cosa. Bien está que sea por este libro, que es una exaltación de la amistad.
6. En las redes sociales suele utilizarse el lenguaje de otra manera, acortando las palabras e incluso escribiéndolas mal o haciendo alteraciones innecesarias. ¿Cree que las redes sociales destruyen el idioma o le dan un nuevo aspecto?
Hay de todo; acortar las palabras no es malo por sí, las siglas son un fenómeno que define al siglo XX (RENFE, CAMPSA, REPSOL, etc.) y muchas de ellas se han incorporado al habla común; además, el habla tiene muchos elementos redundantes que en escritura no parecen tan necesarios, sobre todo si tienes sólo 25 caracteres para transmitir un mensaje completo: esta tarea de eliminar lo superfluo me parece que estimula el ingenio y enriquece el trato con el idioma. En cambio, las faltas de ortografía me parecen muy mal, pues indican deficiencias lamentables del emisor.




 
7. ¿A quién premiaría usted, sea del ámbito que fuese?
A todos los que procuran evitar o paliar el sufrimiento de los demás, y a los enamorados de su trabajo.
8. ¿Cree que después de la crisis quedarán motivaciones para seguir escribiendo poesía?
¿Cuándo no ha estado la humanidad en crisis? Lo que vivimos ahora no es una crisis, es una vergonzosa derrota de la clase obrera a manos de un capitalismo inhumano y rapaz; lo triste es que la clase obrera ha vendido sus conquistas sociales conseguidas en una lucha de siglos por asegurarse un miserable presente de supervivencia en una comodidad inestable. Mala es la falta de dinero pero es peor la pérdida de valores morales. Si los poetas callamos no será porque estemos en crisis sino porque estaremos socialmente muertos.